Pintados a mano

 A veces viajas cientos de kilómetros por otros motivos y te encuentras con algo que te recuerda a algo que hace unos días estabas haciendo…diseñar un cartel. Resulta que el domingo cuando acompañé a Sazed a su conferencia de música clásica India y posterior clase, por la tarde decidí visitar el Museu Valencìa de la Il-lustració sin saber que es lo que me podría encontrar allí pero con ese gusanillo feliz que me ronda la barriga cada vez que me encuentro en espacios como este…

Empecé por la librería hojeando un catálogo que resultó ser de MAX que estaba exponiendo en la planta de abajo…me encantan las tiendas de libros, muchas veces me ha pasado que he visitado una ciudad tan especial como pueda ser Nueva York o Shanghai y de repente me encuentro con una de ellas…entonces me olvido de la ciudad y no hay nada que me pueda resultar más apetecible que zambullirme por los libros sobre todo relacionados con el arte que cada lugar me ofrece…

 Después de varios años acudiendo a ver exposiciones me he dado cuenta que la mejor forma de disfrutar de ellas es acudir sola , reconozco que cuando me gustan puedo llegar a ser un poco pesada ya que me gusta recrearme intentando descubrir al artista que está tras ellas, a veces no lo encuentro y me voy rapídita pero cuando lo encuentro sé que esa exposición siempre la recordaré…Así me paso con la de MAX con su magnífica exposición de 4 decadas de trabajo estupendas y fieles a su estilo tan peculiar,me gustó mucho la manera de trabajar con la plumilla, cuantas texturas diferentes es capaz de crear con ella…la limpieza de su guache…me acordé de mis alumnos del Hort del xocolater y en lo mucho que les podría gustar.

Y me volvió a suceder con Vratislav Hlavat un  pintor, ilustrador, diseñador gráfico y piloto de globos aerostáticos checo.

La exposición de este constaba de un conjunto de obras pintadas a mano entre 1964 y 1990, un período en el que los carteles de cine de la antigua Checoslovaquia se encontraban, junto a los polacos, entre los mejores de este tipo de arte gráfico, ya que al no existir un mercado fílmico potente, los artistas tenían absoluta libertad de creación, una situación que contrastaba con el régimen autoritario que imperaba en el momento. La ausencia de títulos de crédito y la escasa presencia de texto en los carteles, que se reduce sólo al título de la película y el nombre del director, es otra de las características de estos carteles.

Comparto algunas de las fotos de los carteles que más me gustarón y también alguna historia que el artista mencionaba de cada uno de ellos y que a mi me parecieron de lo más graciosas…


De este comentaba que fue el que más premios obtuvo :) y una anecdota graciosa de que las estatuillas que le daban al cartel se las quedaba siempre su representante y que un amigo suyo se la robo y se la entregó a él que la debía tener en alguna parte de su estudio…

Bueno y que contar más…que fueron todos pintados a mano como los que hago yo :)

DOLÇA

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2 respuestas a Pintados a mano

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