Diario de un encuentro IV

Siempre me ha gustado la forma en la que he conocido a las personas más importantes de mi vida, no sé si es que soy yo, que tiendo a decorar con purpurina cada cosa, que a mí siempre me parece que está llena de magia. Por eso nunca olvidaré que… sí, que aquella tarde estábamos todos allí gracias a un par de jirafas.

Era sábado por la tarde, la Calahorra llena, mariposas en el corazón, los que dibujamos en la intimidad de nuestro cuaderno, quizás no seamos grandes oradores, nuestro lenguaje es con líneas, manchas, texturas, colores y formas…muy sincero, y así creo que fue…

Mientras Joshemari y Oñera nos contaban su experiencia con el cuaderno, Fernando nos dibujaba en un graphic recording. He aprendido que sintetizar una charla en forma de mapas mentales o visuales, se llama así gracias a él.

Tras mi breve introducción, le di paso a Joshemari, mientras yo iba pasando sus dibujos con el ratón del ordenador. Después sería el turno de Oñera , pediríamos al público que formulara preguntas e invitaríamos a Fernando a que también nos contase su experiencia. También Juan nos contaría la historia de Cuadernos Viajeros. Lo hicieron todos genial.
Cuando ya terminamos, me acerqué curiosa hasta Fernando y vi que no me había dibujado.

– A ver Fernando, dónde estoy que no me veo? je, je, le reñía con cariño al terminar la charla, mientras los músicos del grupo, Ángela, Noe & The Big Cat, con sus «Songs for drawings» se preparaban para dar su microconcierto.

-Te voy a hacer aquí, me salen mejor los hombres, me explicaba por si luego no me gustaba ^_* … Y posé como las modelos de estudio de los grandes artistas. Ferto, su hijo también quería ser dibujado.

Me gustó que me invitase a dibujar a Pajarito que estaba feliz y les dio a todos un gran «Gracias por venir».

Y entonces empezó el concierto que fue de verás micro porque ya no quedaba mucho tiempo.

Me acerqué a ver Joshemari que había estado dibujando a los músicos desde diferentes perspectivas. Fernando daba palmas emocionado.
Alguno pidió posar a la guitarrista al terminar, mientras las luces de vez en cuando se apagaban invitándonos ya a marchar.

… la gente pedía a los conferenciantes, ver sus cuadernos con entusiasmo.

Y yo tuve la gran suerte de llevarme a casa, además de tan esplendida tarde, el graphic recording más bonito del mundo.

Gracias a un par de jirafas… Ya le he dicho a Juan que el motivo de su encuentro nunca podrá supuperar algo tan exótico como esto. ^_*