Recuerdo que en 1991, mientras que estudiaba Bellas Artes y trabajaba buscando un estilo propio que definiera mi pintura, me gustaba leer los poemas de Gloria Fuertes. De algún modo me identificaba pintando con su manera tan sencilla y llana de jugar con las palabras, sobre todo, cuando escribía para los niños. Me gustaba tanto que un día busqué su teléfono para pedirle permiso para ilustrar una de sus poesías «leer para Crecer, estudiar para saber, jugar para ganar»…
Al oír su voz, me la imaginé comiendo una sopa de letras o un cocido madrileño. Leyendo su biografía después, me encantó saber que aprendiera a leer con el TBO y que uno de sus primeros trabajos fuese contando huevos en una fábrica… qué cosas que años después trabajase en un programa de televisión llamado, Un globo, dos globos, tres globos»…
– ¡Se acordaría de los huevos! dijo un niño cuando lo contaba.
Lo de organizar la primera biblioteca ambulante e ir por los pueblos hablando a los niños y adultos de literatura y poesías también me maravilló, y sin pensarlo, eso era lo que yo estaba haciendo viajando con mi furgoneta desde Elche hasta Ortigueira, para hablar de ella y sus poesías traviesas…
Los niños hicieron dibujos muy graciosos ^_*
Gracias a mi incondicional compañero de viaje, Sazed Ul Alam, por acompañarme y poner música a sus poemas. Los niños quedaron también seducidos cuando les invitó a viajar nombrando las capitales del mundo, repetir sus ritmos y a adivinar sus juegos de magia.