Cuando conocí a Sazed Ul Alam, recuerdo que muy desde el principio me contó una historia que me gustó mucho. Cuando llegó a Dinamarca por primera vez, conoció en sus clases de danes a Asthony, un sudafricano que se acercó a él pensando que quizás también fuese de Sudáfrica. Hicieron mucha amistad y Asthony le dijo, al ver el interés de Sazed por conocer su país, que cuando Sudáfrica fuese libre, entonces sería cuando debería viajar al sur del continente africano. Para ello, deberían pasar todavía unos 11 años para que se aboliera el Aparheid un 17 de julio de 1991.
Antes de despedirse, lo llevó a una joyería y le compró un anillo de oro que colocó en su dedo meñique y le dijo que no se quitara nunca. Era un ritual de la tribu Khosa a la que pertenecía, la misma de Nelson Mandela. Si le miras la mano izquierda a Sazed, verás que en su dedo meñique, al lado del mío, lleva un anillo que le queda ya tan pequeño que casi es imposible de sacar. Así de grande y largas son sus promesas.
En el año 2001, justo 10 años después de que Sudafrica fuese libre, nos aventuramos en uno de los viajes más bonitos e intensos de mi vida… Encontramos, como un milagro, a Asthony en Ciudad del Cabo…
La bolita roja que sale en la foto era Sofi que aprendió a caminar en Sudafrica… luego llegaría el concierto benéfico para la Nelson Mandela childrens Fund en el 2005 en el Parque Municipal y ahora el Homenaje de Nelson Mandela en las Cigarreras.
Por todo ello y todo lo que todos los demás sabemos, lo queremos celebrar…
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